Certezas e incertezas del debate catalán

Análisis del 1-O y sus consecuencias para el futuro de España

Luis Tejero
LuisTejero.com

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Esteladas en las portadas de la prensa extranjera, en vísperas del 1-O.

Las esteladas invaden los quioscos. Desde The New York Times hasta The Wall Street Journal, las principales cabeceras de la prensa internacional llenan sus portadas de banderas independentistas catalanas para destacar la importancia del 1-O. Se llame referéndum democrático, consulta ilegal o movilización popular, la convocatoria ha captado la atención de los medios de todo el mundo y parece indiscutible que marcará un antes y un después en las relaciones entre Cataluña y (el resto de) España.

En este debate interminable, algunas cosas son seguras y otras, no tanto. A continuación, un análisis de los datos que ofrecen las encuestas más recientes, junto a otras incógnitas que tardarán semanas o meses en resolverse.

Tres certezas:

  • La mayoría quiere votar. Al margen de la suspensión decretada por el Tribunal Constitucional, más de la mitad de los catalanes (52%) defienden que se celebre una consulta el 1 de octubre. Pero también es cierto que una mayoría mucho más amplia (82%) preferiría un referéndum pactado, legal y con garantías. Una votación válida, que no sea monopolizada por la Generalitat ni obstaculizada por el Gobierno central.
  • La mayoría quiere un cambio. Los sondeos también constatan que solo una cuarta parte de los catalanes desea que las cosas sigan como están. No significa que todos los demás quieran romper con el Estado: más de un tercio aspiran efectivamente a la secesión, pero también son millones los que apenas piden más autonomía. Incluso unos pocos defienden la devolución de las competencias, en busca de un modelo centralista.
  • Hay extremos, pero también matices. Una narración simplista podría presentar el problema como un enfrentamiento entre dos bandos: a un lado, los llamados constitucionalistas (o unionistas); al otro, los separatistas. Los que querrían ver entre rejas a los “golpistas” Carles Puigdemont, Oriol Junqueras y Carme Forcadell, y aquellos que comparan al Gobierno “represor” de Mariano Rajoy con la dictadura franquista. Pero entre el negro y el blanco caben muchos tonos de gris. Un ejemplo: mientras los votantes del PP en Cataluña están divididos casi al 50% sobre la conveniencia de negociar un referéndum, entre los socialistas y los comunes esa cifra se dispara al 75% y al 100%, respectivamente. Si los impulsores del “sí” son una alianza heterogénea que incluye desde la derecha tradicional hasta grupos antisistema de extrema izquierda, los no independentistas tampoco pueden verse como un bloque monolítico.
Barómetro de Invymark para laSexta, realizado el 25 de septiembre.

Y tres incertezas:

  • ¿Cuántos son independentistas hoy? El respaldo al separatismo ha fluctuado en los últimos años. Los estudios de opinión señalan que los partidarios de la ruptura pasaron del 14% en 2006, cuando se ratificó el Estatut, hasta cerca del 25% en 2010, cuando parte del texto fue declarado inconstitucional. Tras una rápida subida en medio de la crisis económica y las multitudinarias Diadas, los porcentajes se han estabilizado y ahora el independentismo oscila entre el 39% y el 41%. Solamente un referéndum con resultados homologables permitiría comprobar si los últimos acontecimientos han alterado el equilibrio de fuerzas.
  • ¿Hay salida? Por el lado independentista, los nacionalistas moderados se verán atrapados entre la posibilidad de abrir una larga negociación y las presiones de los más radicales para declarar la independencia de forma unilateral e inmediata. También desde Madrid, los posicionamientos de los distintos actores políticos en las semanas previas al 1-O parecen anticipar que los cuatro grandes partidos no darán una respuesta unitaria. El renovado PSOE de Pedro Sánchez intenta tomar la iniciativa con su comisión para la actualización del modelo autonómico, pero las llamadas al diálogo se enfrentan a un triple obstáculo: las dudas del PP sobre una posible reforma constitucional, la insistencia de Unidos Podemos en una moción de censura y los recelos de Ciudadanos sobre la utilidad de dicha comisión. Con un juego de mayorías todavía por definir, será de especial relevancia el papel que adopte el PNV como posible intermediario.
  • ¿Hasta cuándo aguantará Rajoy? Hace menos de un año, con el presidente recién investido ante un PSOE descabezado, se multiplicaban los comentarios sobre la inagotable capacidad de supervivencia del líder popular. Hoy, sin una sólida mayoría parlamentaria, con los Presupuestos prorrogados y entre cuestionamientos de unos y otros por la manera de afrontar el desafío separatista, ya circulan dudas sobre la fecha de caducidad del actual Gobierno. ¿Habrá adelanto electoral en 2018?

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